
Tamara Hochman
.
|
Todos querían saber que pasaba, en aquella vieja casa abandonada, ahora rodeada de policías. Los chicos que jugaban siempre por ahí, se habían inventado una historia. Te la voy a contar. Se trataba del matrimonio Joquensen, Salomón y Esther, ellos durante años tuvieron el deseo de tener hijos... formar una familia. En aquel invierno habían comprado la casa, que para entonces ya era vieja, supusieron que los niños por venir la iban a llenar de luz color y alegría, pero los chicos nunca llegaban. La pequeña ciudad de Pilar, estaba lejos de la Gran ciudad donde habían vivido toda su vida, un lugar tranquilo, muy lejano, pero un lugar de aire puro para sus hijos. El tiempo pasaba y las horas se hacían cada vez mas largas, años de incertidumbre, habían plantado las dudas en la, hasta ese momento, feliz pareja. Llegaron a pensar en adoptar un niño de la zona, de los tantos que vivían en las calles, abandonados por sus padres, pero los análisis realizados no presentaban ninguna dificultad como para que ella quedase embarazada. Tan fuerte era el deseo que al confirmarse la noticia del embarazo, supieron sin hablarse cuales serían los nombres de ese tan deseado hijo, si era varón, Itzjack, Ruth si era mujer. Todo salió bien, pero no se habían dado cuenta de la maldición de Itzajck hasta casi el sexto mes de vida, una vez por mes, y solo por unos instantes se convertía en vampiro, primero fueron pequeñas mordeduras en las tetas de Esther, luego ella se dio cuenta que Itzjack no chupaba la leche, sino que chupaba la sangre de los senos de su madre. A medida que pasaban los meses el tiempo de transformado era mayor. Primero los colmillos se agrandaban, se ponían filosos y fuertes, después los ojos se le ponían totalmente blancos pero luego rojos, como de furia y las orejas, puntiagudas y negras, la cara le cambiaba, monstruosamente... bueno era un vampiro. Pasaron muchos meses, e Itzjack se convertía cada vez más tiempo y si seguía así como conclusión iba a ser un vampiro toda su vida. Pensaron en consultar a un médico, pero iban a pensar que estaban locos y no les iban a creer, a menos que estuviera presente cuando sucedía, pero la transformación era irregular, no tenía días fijos, podía ser en cualquier momento. Su secreto los alejó de la gente del pueblo, parecían una familia fantasma, salvo cuando iban a comprar algunas cosas eran vistos. Los Joquensen creían en la amistad, uno de sus mejores amigos había sufrido un accidente, casi un hermano para Esther, tenían que ir a verlo, pero no tenían con quien dejar a Itzjack, entonces se les ocurrió que una niñera estaría bien, hicieron saber en el pueblo de la necesidad de contratar una. Pero el problema era la transformación, podría ser tranquilamente ese día, o al día siguiente. Finalmente se decidieron en que si no se arriesgaban no sabían, y además no podían dejar solo a Itzjack y tenían que ir a ver a su amigo. Esa noche llegó la niñera. Le mostraron la casa, le dieron indicaciones e instrucciones, el teléfono donde ubicarlos y rápidamente se fueron. Solo faltaron dos días, una sola noche, eso bastaría para que se produjera una desgracia. Nunca pensaron en que sucedería algo tan desgraciado. Al llegar vieron que la casa tenía todas las luces apagadas, las persianas bajas y las ventanas cerradas. Llamaron por el nombre, buscaron en toda la casa. nada, ni un rastro de Itzjack y de la niñera. Llamaron a la policía, dos detectives se hicieron cargo del caso, mientras estaban ahí sonó el teléfono, una voz de mujer, una voz grave, profunda como de otra dimensión les dijo que se olvidaran de su hijo. Salomon decidió no despertar a su esposa, habían sido horas agotadoras y daba lo mismo cuando se enterase ella del llamado. Los policías armaron una búsqueda gigantesca. Largas horas, pistas falsas, corridas inútiles, días sin dormir bien, las fuerzas iban flaqueando, los voluntarios ya habían abandonado, los periodistas sólo se hicieron presente durante los primeros días. Todo iba en contra de los Joquensen. Los días se convirtieron en semanas y las semanas se hicieron meses y los meses se hicieron muy largos... Ante la ausencia de elementos la policía fue dejando de lado la búsqueda. Caso no resuelto, se empezó a escuchar, como tantos otros. Por eso no es extraño que la pareja hiciera caso a una versión, que decía que habían visto a Itzjack en Transilvania, y hacia allí partieron. Nunca más se supo de ellos. Solo los jóvenes intrigados, algunos, los mas arriesgados luego de un tiempo comenzaron a investigar en la casa, relataban oír ruidos extraños, a sentir olores detestables, un aire frío les rozaba la piel y formaba vapor con el aliento de sus bocas. Algún secreto encerraba esa casa, una historia siniestra pensaron. La historia la "inventaron" dicen después que en un diario difundiera la noticia sobre que el Señor y la Sra. Joquensen desaparecieron. Tanto se contó la historia que hasta la policía empezó a creer que podría ser verdad... Las intensas lluvias de los últimos días hicieron peligroso acercarse a la vieja casa, se determinó que tengan que demolerla a causa de las inundaciones, que habían deteriorado los techos y las paredes de la casa. Inmediatamente llamaron a la policía, pero ellos salían espantados unos y vomitando otros. Todos querían saber que pasaba, en aquella vieja casa abandonada, ahora rodeada de policías. Pero eso ya es otra historia. |